Aditivos para el concreto
Los aditivos son productos que se suman en pequeñas proporciones al concreto mediante el mezclado en porcentajes entre 0.1% y 5% (de acuerdo al producto o el efecto deseado) de la masa o peso del cemento.
El objetivo primordial de los aditivos es producir una modificación en algunas de sus propiedades originales o en el comportamiento del concreto en su estado fresco.
Los aditivos logran que los concretos adquieran características distintas a las tradicionales. En la actualidad son como un nuevo ingrediente, colectivamente con el cemento, el agua y los agregados. Existen ciertas condiciones o tipos de obras que hacen que estos sean indispensable.
El uso de aditivos está establecido para:
- Que se logre el resultado anhelado sin tener que variar sustancialmente la dosificación básica.
- Que el producto no posea efectos negativos en otras propiedades del concreto.
- Que un análisis de costo justifique su empleo.
Las razones para el empleo de un aditivo son:
En el concreto fresco:
- Aumentar la trabajabilidad sin acrecentar el contenido de agua.
- Reducir el contenido de agua sin modificar su trabajabilidad.
- Prevenir asentamientos de la mezcla.
- Establecer una ligera expansión.
- Modificar la velocidad y/o el volumen de exudación.
- Disminuir la segregación.
- Proveer el bombeo.
En el concreto endurecido:
- Reducir el calor de hidratación.
- Desarrollo inicial de resistencia.
- Acrecentar las resistencias mecánicas del concreto.
- Aumentar la estabilidad del concreto.
- Reducir el flujo capilar del agua.
- Disminuir la permeabilidad de los líquidos.
- Mejorar la adherencia concreto-acero de refuerzo.
- Perfeccionar la resistencia al impacto con la abrasión.